La edad no es un factor importante para dirigir

Esta “novedad” actualiza un tema siempre vigente en las empresas, sean grandes, pymes, o empresas familiares. ¿Cuál es la edad óptima para estar al frente de una empresa? ¿Son los mayores los más adecuados o son los más jóvenes?

Las nuevas generaciones, cuando llegan a cargos directivos, suelen desprenderse rápidamente de aquellos que consideran “anticuados y conservadores” y son reemplazados por gente más joven.

Además de cómo afectan al ánimo de las personas que con poco más de cincuenta años son considerados “prescindibles”, podemos preguntarnos si para la gestión de la empresa esas decisiones son adecuadas o no.

Hay publicados estudios de algunos fenómenos interesantes a tener en cuenta.

Un estudio de JPMorgan Chase Institute, sobre la base de 138.000 empresas de menos de 500 empleados, indica que las fundadas por empresarios mayores de 55 años presentan quiebra con menos frecuencia que las iniciadas por personas más jóvenes. Los

fundamentos van desde la actitud hacia el dinero hasta la diferencia de rubros entre unas y otras.

Por otro lado, y como contrapartida, encontramos que los líderes de Leman Brothers al momento de su colapso tenían 62 y 58 años.

El caso de Yahoo es diferente, desde su creación hasta su ocaso tuvo ocho CEOs diferentes, la última de ellas tenía 37 años al momento de asumir su cargo

Son pequeñas muestras de que la edad no es un rasgo determinante para el éxito o el fracaso para la gestión de una empresa.

No hago ni exaltación ni condena a la edad, talentosos y mediocres existen en todas las generaciones.

Es común que muchas empresas hagan un recambio generacional brusco y personas con años en la gestión y experiencia se ven desplazadas por profesionales jóvenes que hacen muy buenos aportes pero que carecen de la experiencia y del conocimiento de la empresa. El riesgo son los errores que se puedan cometer y los costos que estos acarrean.

Bienvenida la juventud, la energía y nuevas ideas y bienvenido el respaldo al conocimiento y la experiencia

En mi trabajo como consultor, fui testigo de todas estas circunstancias, los beneficios de los cambios propuestos por las nuevas generaciones y de momentos en que la gente más experimentada tuvo que intervenir “para sacar las castañas del fuego” antes que se produjera una debacle.

“Los más viejos” son los mejores consultores que una empresa puede tener.

Es una pena desperdiciar ambos talentos al situarlos en polos contrarios. Ambos son recursos valiosos para las empresas. La experiencia por un lado y el conocimiento de lo nuevo por el otro pueden ser gestionados adecuadamente para evitar perjuicios y pérdidas en las organizaciones.

La ecuación más beneficiosa para una empresa es integrar la experiencia y el talento de los mayores con la energía, los nuevos ojos y el talento de los más jóvenes. No son excluyentes, son complementarios.

Tengamos presente las enseñanzas de la naturaleza, que como todos sabemos “es sabia”.

Los bosques sobreviven cientos de años (salvo que la mano del hombre los destruya); en ellos conviven árboles añosos de decenas de metros de altura y algún metro de diámetro con retoños de metro y medio de altura y diez centímetros de diámetro. Ninguno desplaza al otro. Simplemente conviven.

Eduardo Press – Especialista en Psicología Organizacional

Fuente: https://www.cronista.com/management/la-edad-no-es-un-factor-importante-para-dirigir/